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Formulario para apadrinar un Lugar de Interés Geológico

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CA007 - Olistostromas de la Unidad de Pisuerga-Carrión Ver descripción LIG)

Los olistostromas, o depósitos de transporte en masa (DTM; mass transport deposits –MTD- en inglés) son acumulaciones de gran espesor y extensión lateral localizados en ambientes marinos relativamente profundos y generados por deslizamientos submarinos de dimensiones colosales. Consisten típicamente en depósitos caóticos formados por una matriz lutítica que engloba clastos y bloques de tamaño hasta decamétrico o kilométrico (megabloques denominados por algunos autores olistolitos, aunque el significado de este término es aplicado de distintos modos y está sujeto a debate). Estos grandes fragmentos están frecuentemente constituidos por rocas carbonáticas completamente litificadas y son más resistentes a la erosión que la matriz generalmente siliciclástica que los rodea, por lo que resaltan en el paisaje. En algunos casos, los bloques corresponden a fragmentos de roca de la propia cuenca (endolistolitos), mientras que en otros proceden de sucesiones más antiguas de fuera de la propia cuenca (exolistolitos). Los DTM se forman en cuencas tectónicamente activas y aportan datos muy relevantes para el estudio de su evolución, al representar un registro preciso de las relaciones entre la tectónica y la sedimentación. En el Área del Pisuerga (Unidad del Pisuerga-Carrión de la Zona Cantábrica), este tipo de depósitos son característicos y aparecen formando varios niveles de gran potencia en la sucesión estratigráfica carbonífera. Estos depósitos, que revelan la existencia de una cuenca marina de cierta profundidad, proceden de la destrucción (erosión) parcial de los sedimentos y rocas previamente depositados en una plataforma carbonatada somera de la propia cuenca sedimentaria. El DTM más característico y conocido (por sus mayores dimensiones y su acceso y condiciones de exposición) es el de la Fm. Perapertú (Moscoviense Inferior, definida por Wagner et al., 1984) que aflora en los sectores surorientales del sinclinal de Castillería. Sin embargo, recientes investigaciones (Martín-Merino, 2014) han puesto de manifiesto que la caliza de Piedrasluengas (Van de Graaf, 1971), que aflora en el vecino sinclinal de Casavegas es de carácter alóctono y constituye una gran unidad caótica correlacionable en significado y edad con la de Perapertú. Además de este DTM (Piedrasluengas-Perapertú), existen otros en los sinclinales de Casavegas, Castillería y Redondo, de espesor decamétrico y extensión regional (Martín Merino, 2014; ver también Martín Merino et al., 2014). Entre ellos se encuentran el DTM de El Ves (Kashiriense, que contiene las calizas homónimas), el de Abismo-Tejedo que conecta lateralmente con las calizas de la plataforma del mismo nombre, de cuya destrucción deriva, el de Redondo (Myachkoviense superior) o el de la Fm. Brañosera (DTM de Herreruela para Martín Merino, 2014; Kasimoviense Inferior), especialmente bien expuesto en el sinclinal de Castillería. En total se han identificado al menos seis unidades de DTM de escala cartográfica dentro de la sucesión carbonífera del Área del Pisuerga (Martín-Merino 2014, Martín Merino et al., 2014). Dicha sucesión formó parte de la cuenca de antepaís marina de la Zona Cantábrica, depositándose en dos cuencas transportadas situadas sobre la cuña orogénica (piggy-back basins). Su formación y evolución fue el resultado de la deformación y compartimentación producida por el avance hacia el antepaís de los cabalgamientos de dicha cuña orogénica. En este contexto sinorogénico fue en que se generaron y acumularon estos depósitos caóticos.
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