Paleontológico.
El Pleistoceno inferior basal está representado en la Cuenca de Guadix-Baza por Fonelas P-1, yacimiento de 2.0 millones de años de antigüedad que contiene un registro paleontológico de excelente calidad y gran biodiversidad y que además se caracteriza por ofrecer importante información taxonómica, estratigráfica, sedimentológica, tafonómica, biogeográfica y paleoclimatológica. La asociación faunística registrada en Fonelas P-1 presenta un amplio espectro de diversidad paleobiológica continental, destacando por su registro en hiénidos, jiráfidos, cánidos, bovinos y ovibovinos.
Esta asociación, en palabras de sus investigadores, es “la más rica y diversa de las conocidas hasta la actualidad en la Península Ibérica para el Pleistoceno inferior basal, presentando una combinación de taxa poco o nada conocidos previamente en nuestras latitudes junto a otros característicos de dicho periodo de tiempo”.
Otro hecho significativo es que este yacimiento presenta condiciones excepcionales para la realización de estudios tafonómicos, teniendo en cuenta que su enterramiento se produjo de forma muy rápida por la acción de hiénidos, lo que ha permitido verificar que esta concentración de huesos se debe a la actividad de Pachycrocuta brevirostris.
Por otro lado, gracias a su contenido faunístico, el yacimiento de Fonelas P-1 permite agrupar en un único evento de dispersión, situado entre 2,1-2,0 m.a., las migraciones asiáticas y africanas que renovaron de forma parcial los ecosistemas europeos, dado que la asociación de Fonelas indica que numerosos animales colonizaron el occidente del continente europeo antes de lo que se creía hasta su descubrimiento, incorporando elementos tanto africanos como asiáticos en este evento migratorio.
Fonelas P-1 es sin duda el referente paleontológico en la investigación paleontológica del Pleistoceno inferior por diversos aspectos científicos:
- En primer lugar, destaca su extensión, aproximadamente 1.000 m2 fértiles, y su riqueza, ya que hasta la actualidad se han recuperado más de 3.500 fósiles de grandes mamíferos en un excepcional estado de conservación en tan sólo 30 m2 excavados sistemáticamente.
- En segundo lugar, su asociación faunística es altamente significativa, con registro de micro y macromamíferos, por ser muy diversa y heterogénea para lo que se conocía previamente en relación con el Pleistoceno inferior europeo. Hasta esta fecha se han identificado 40 taxones de vertebrados, de los cuales 33 son mamíferos entre los que destacan 25 especies de grandes mamíferos. Al analizar esta asociación se observan aspectos sobresalientes como la diversidad en carnívoros y artiodáctilos, la primera cita en la Península ibérica de L. etruscus, el más antiguo registro europeo de Canis etruscus, la más moderna cita en Europa occidental del jiráfido Paleotragus (sin. Mitilanotherium), las primeras citas fuera de África de Potamochoerus y Hyaena brunnea, y la presencia de nuevas especies y variedades de los géneros Meles, Canis, Gazellospira, Croizetoceros, Praeovibos, Paleotragus, Potamochoerus y Capra.
- Los aspectos tafonómicos del yacimiento también son singulares ya que, encontrándose en depósitos generados en un morfosistema fluvial, se ha verificado la actividad de hiénidos como agentes significativos tanto en la concentración de restos óseos como en la génesis de la matriz sedimentaria que los alberga. Se ha podido caracterizar una asociación de facies biogénica, nunca antes descrita en el registro fósil continental.
- Es importante la cronología de este yacimiento, 2,0 millones de años de antigüedad (verificada por magnetoestratigrafía y biostratigrafía), puesto que poco se sabía a ciencia cierta sobre el espectro de grandes mamíferos que habitó en Europa occidental durante este periodo de tiempo. Los resultados de la investigación de este nuevo registro están teniendo notables implicaciones en la bioestratigrafía y paleobiogeografía del Pleistoceno inferior en Europa, y sobre el conocimiento de la configuración paleoecológica del medio continental.
- Por último, destaca la identificación en el yacimiento de taxones “lázaro”, como el representado por las tortugas terrestres gigantes del género Titanochelon. Los últimos supuestos representantes de este tipo de reptiles se supone se había extinguido en Europa hacía 3,3 ma. Su identificación en 2,0 ma en Fonelas P-1 da a entender que en esta época, dentro del Pleistoceno inferior, existió todavía una población residente de estos animales ancestrales, cuyos requisitos ambientales están relacionados con climas tropical o subtropical, en ningún caso con ambientes fríos o periodos glaciales.