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Formulario para apadrinar un Lugar de Interés Geológico

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Lugar de Interés Geológico que vas a apadrinar

PT041 - Conjuntos tobáceos del Pleistoceno inferior del Campo de Montiel Ver descripción LIG)

El presente LIG se corresponde con dos afloramientos – testigos de un conjunto de carbonatos travertínico-tobáceos, a veces con espesores superiores a 12 m que se extiende por diversos parajes del Campo de Montiel. Se dispone como una discontinua corona protectora, ante los procesos erosivos, en el techo de pequeños relieves tabulares y cerros troncocónicos, constituidos por lábiles materiales triásicos, sobre todo pertenecientes a las facies Keuper. Entre las estructuras de dicho conjunto carbonático sobresale la presencia de notables cascadas fósiles en dispositivos carbonáticos complejos que, con frecuencia, se apoyan sobre depósitos de cantos (gravas) y arenas fluviales, o incluso sobre facies de ápice de abanicos aluviales que incluyen bloques con dimensiones próximas al metro (Alhambra, Almedina). Los depósitos travertínico-tobáceos se emplazan en diferentes valles (Alto Guadiana, río Carrizosa, río Villanueva (Albadalejo) y otros entornos (Alhambra, Puebla del Príncipe, Almedina…) con cimas colgadas a 50-95 m sobre los cauces actuales (Fidalgo Hijano, 2011; González et al., 2014). Este hecho y su posición altimétrica (unas pocas decenas de metros por debajo de la altiplanicie cenozoica que arrasa las cimas del Campo de Montiel), sugieren, en ausencia de datos cronológicos absolutos, una posible edad cuaternaria que se remontaría al Pleistoceno inferior, o al final de los tiempos neógenos. El interés geológico de estos depósitos carbonáticos reside en: (i) constituir un excepcional jalón para establecer la evolución geomorfológica pleistocena de esta región, una vez finalizadas las etapas de arrasamiento neógenas; (ii) testificar la existencia de una red fluvial, con numerosas rupturas en sus perfiles longitudinales, y con trazados no siempre coincidentes con los de la red fluvial actual; (iii) tener un carácter inédito, pues no han sido cartografiados en los distintos mapas geológicos 1/50.000 que cubren este territorio. El afloramiento ubicado en el cerro al NE de la localidad de Montiel (Ciudad Real), que sustenta el castillo árabe de La Estrella, es el ejemplo más espectacular y accesible de estos materiales. En este interesante lugar, geológico e histórico, el relieve troncocónico se alza hasta los 965 m, es decir a casi 100 m de altura sobre el talweg del río Jabalón (870 m). En sus laderas afloran las facies del Keuper (Leyva y Matas, 2000), pero su techo está rematado por un potente conjunto travertínico-tobáceo (12-15 m de espesor) donde destacan depósitos de cascadas adosadas de modo progradante en varias direcciones, pero especialmente hacia el NNE y con saltos de hasta 10 m (Fidalgo Hijano, 2011; González et al., 2014). Petrográficamente, en ellas son frecuentes los carbonatos “laminados” de tipo estromatolítico y/o travertínico, con abundantes facies de insectos, posibles trazas de burbujas y cristales fibrorradiados de escala milimétrica, siendo minoritarios los niveles que presentan texturas biogénicas (atribuibles a bacterias y cianobacterias), junto a facies de tobas de cascada de briofitas y, ocasionalmente, pueden observarse morfologías y texturas de espeleotemas. En posiciones cercanas al muro son visibles materiales detríticos, más o menos rodados, envueltos en una matriz arenosa, revelando todo el conjunto un origen fluvial. Los bruscos cambios laterales impuestos por este tipo de estructuras tobáceas y las seculares actuaciones antrópicas han dado lugar a un extenso tapiz coluvionar por todo el cerro que ha imposibilitado la elaboración de una precisa columna estratigráfica de síntesis. Características semejantes ofrece un inmediato altozano, incluido en el presente LIG: el Cerro de San Polo (947 m). Se emplaza a tan sólo 1,7 km al SW del Castillo de la Estrella y en su techo vuelven a hacer acto de presencia depósitos de grandes cascadas fósiles con saltos relictos, también orientados en diversas direcciones. Constituye un relieve residual aislado por la erosión de una prolongada mesa coronada por este tipo de carbonatos que conforma el borde meridional del valle del río Jabalón, aguas arriba y abajo de la localidad de Montiel.
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