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Formulario para apadrinar un Lugar de Interés Geológico

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IC6007 - Fracturas de la erupción de 1949 Ver descripción LIG)

La erupción de San Juan, desarrollada entre el 24 de junio y el 30 de julio de 1949 constituye un evento fisural múltiple, caracterizado por la construcción de varios centros eruptivos: Duraznero (24/06- 8/07 y 30/07), Llano del Banco (8 al 26/07-) Hoyo Negro (12 al 23/07). Los cráteres de Duraznero y Hoyo Negro, de comportamiento esencialmente explosivo y con frecuentes fases freatomagmáticas y emisión de lava en la fase final, se emplazaron a altitudes por encima de los 1800 metros según una fractura de dirección N.-S de unos 900 m de longitud. La fisura efusiva del Llano del Banco se localizó a 1300 m de altitud y a una longitud de 3 km al NW del primer centro eruptivo. La erupción estuvo acompañada por la aparición de un sistema de fallas normales escalonadas, con recorridos de más de 3 km, saltos de falla de hasta 4 metros y separaciones entre ellas de 40 metros, que enlazaron los centros eruptivos de Duraznero, Hoyo Negro y Llano del Banco. Las fallas tenían direcciones N-S en el sector culminante de la dorsal de Cumbre Vieja y orientaciones NW. -SE en la ladera occidental de la misma a partir del sector septentrional de Hoyo Negro. Estas fallas provocaron hundimientos locales del terreno, dieron lugar a desprendimientos y deslizamientos e incluso a la formación puntual de pequeños colapsos circulares de hasta 3 m de diámetro. La geometría de este sistema de fallas y el momento de su formación en relación con los episodios de apertura ha sido interpretada como la primera ruptura superficial a lo largo de una zona en desarrollo de deformación y movimiento hacia el mar dentro del flanco occidental de Cumbre Vieja. De este modo Cumbre Vieja se encontraría en una etapa incipiente de inestabilidad del flanco y el sistema de fallas podría considerase como el precursor de un futuro colapso lateral gigante. Tomando como punto de partida esta idea algunos autores sugieren que una futura erupción volcánica puede generar el fallo catastrófico del flanco occidental de Cumbre Vieja y la formación de un tsunami que atravesaría todo el océano Atlántico hasta llegar a las costas de América del Norte, con alturas de olas de 10 a 25 m. Nuevas evidencias geológicas han postulado que es extremadamente improbable que ocurran colapsos masivos en el flanco de Cumbre Vieja en un futuro cercano. Este sistema de fallas no parece haber tenido ningún cambio durante la erupción de 1971 y los estudios sobre las deformaciones del suelo han mostrado que los desplazamientos registrados mediante mediciones de distancia electrónica infrarroja y GPS están dentro de los márgenes de error de las técnicas utilizadas, por lo que puede interpretarse como la expresión superficial del dique de alimentación de la erupción de 1949.
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