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IC3037 - Depósitos aluviales y de deslizamiento de la cuenca de La Aldea Ver descripción LIG)

Los depósitos aluviales y de deslizamiento de la cuenca de La Aldea se enmarcan en el contexto n.º 8: Procesos y depósitos aluviales, coluviales y edáficos. La cuenca de La Aldea contiene numerosos depósitos sedimentarios, principalmente aluviales y coluviales, y uno de los acuíferos detríticos más emblemáticos del archipiélago. Se han diferenciado 7 depósitos sedimentarios de edades muy diferentes que se superponen en el espacio. Todos los depósitos antiguos se encuentran en diferentes posiciones topográficas, pero siempre colgados por encima de la red torrencial actual. Los depósitos más antiguos son de composición mayoritariamente sálica y datan del primer periodo erosivo que tuvo lugar entre la Formación Fonolítica y el Ciclo volcánico Roque Nublo (9,5-5,5 Ma). Se atribuyen a este periodo unos glacis de composición fonolítico-traquítica (Balcells et al, 1990, nº18), unos aluviales detríticos (Balcells et al, 1990, nº19) y una masa deslizada de litología ignimbrítica y distribución caótica (Balcells et al, 1990, nº20) A un segundo periodo habría que atribuir un depósito de deslizamiento de estructura caótica y composición sálica (Balcells et al, 1990, nº27) que se extiende por la margen derecha del valle de La Aldea, desde el pie del escarpe que forman las ignimbritas intracaldera hasta recubrir toda la planicie de Las Tabladas. Este depósito se apoya en las primeras coladas basálticas y basaníticas del Ciclo Post Roque Nublo, pero su edad es imprecisa. Por último, se distinguen los depósitos detríticos holocenos y actuales (Balcells et al, 1990, nº28 a 31): aluviales antiguos y terrazas, derrubios de ladera y depósitos de barranco y fondo de valle. Estos sedimentos recientes contienen un mayor porcentaje de materiales básicos que los antiguos, aunque se mantiene el predomino de la litología sálica. Aprovechando las formaciones detríticas se ha desarrollado un acuífero que incrementa el potencial hidráulico de la Formación Basáltica infrayacente. En conjunto, las condiciones del acuífero de La Aldea varían de Este a Oeste según datos recogidos por Balcells et al. (1990; 1992). La recarga acuífera disminuye de Este a Oeste (de 100mm a 0mm), igual que el contenido en CO2 libre (de 600-25mg/l a 0mg/l). Mientras que de Este a Oeste aumenta la temperatura del agua (de 15-20º a 20-25º), el contenido en cloruros medido al final del periodo de recarga (1200mg/l a 60mg/l), el total de sales disueltas (de 600mg/l a 3000mg/l) y la presencia de cromo. En términos generales se puede decir que el acuífero de La Aldea es clorurado y que sus aguas son duras a muy duras, aunque se aprecia un carácter bicarbonatado en algunos puntos del sector oriental. Además, el total de sales disueltas medido en la costa indica la existencia de una intrusión marina en la zona de costa (2 a 5 gr/l) A modo de síntesis, se puede añadir que estas formaciones sedimentarias permiten asignar a la cuenca torrencial de la Aldea una antecedencia geomorfológica que, al menos, se remontaría al primer ciclo erosivo que experimentó la isla (9,5-5,5 Ma) y se podría asumir que es una de las megaformas heredadas más representativas de Gran Canaria (Yepes et al., 2008; 2012).
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