IC2012
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Corteza oceánica mesozoica en playa de Los Muertos-Caleta de la Peña Vieja
La Corteza oceánica constituye parte de la capa más superficial de la Geosfera (bajo los continentes y las plataformas continentales aparece la Corteza continental, y, entre ambas cortezas, la Corteza de transición) y está situada bajo las cuencas oceánicas. La Corteza oceánica es la más estrecha, entre 8 y 20 kilómetros de espesor y se encuentra dividida en tres capas horizontales:
A). Capa 1. La más superficial, constituida por sedimentos depositados en el fondo del océano, a lo largo de millones de años, procedentes de la erosión de las rocas de los continentes cercanos que rodean al océano bajo el que se encuentra.
B). Capa 2. Más profunda, constituida por coladas de lava formadas en erupciones submarinas basálticas (con frecuencia, lavas almohadilladas) generadas en las dorsales centro-oceánicas, atravesadas por diques de composición basáltica.
C). Capa 3. La más profunda, en la que aparecen rocas plutónicas (gabros y peridotitas), procedentes de la solidificación del magma en cámaras que alimentaban las erupciones volcánicas basálticas submarinas de las dorsales centro-oceánicas.
En algunas de las islas, como Fuerteventura o La Gomera, parte de la Corteza oceánica aparece aflorando en sus superficies. En Fuerteventura, la Corteza oceánica se encuentra en dos sectores de la costa occidental de la Isla: entre la Punta de La Laja y la Playa del Jarubio en la costa norte, donde está muy fracturada e hidrotermalizada, y, entre la playa de Los Muertos y la Caleta de la Peña Vieja en Ajuy. En este último sector, aparecen durante unos 1600 metros de sedimentos oceánicos de edad Jurásico inferior-Cretácico superior (180-90 millones de años), de la capa 1 y lavas almohadilladas del Jurásico Inferior (184 millones de años) de basaltos de la capa 2. En ambos sectores la base de la secuencia oceánica no es visible, ya que los niveles inferiores se encuentran en contacto tectónico (a través de una importante zona de falla) con las rocas plutónicas ultraalcalinas relacionadas con el crecimiento submarino de la Isla (relacionadas con el contexto del crecimiento submarino de las Islas Canarias). De esta forma, la secuencia se inicia con basaltos formados en la dorsal centroatlántica hace unos 184 millones de años, que representan los materiales más antiguos de la Corteza oceánica en el Atlántico Central. Sobre estas rocas volcánicas aparecen sedimentos depositados en el fondo oceánico desde hace unos 180 millones de años hasta hace unos 80 millones de años.
Estas rocas sedimentarias incluyen una secuencia que nos indica un cambio continuo en las condiciones y en la profundidad de sedimentación, que, con el tiempo va disminuyendo:
1). Inicialmente aparecen argilitas y limolitas procedentes de sedimentos depositados en aguas profundas, por debajo del nivel de compensación de carbonatos.
2). Posteriormente se encuentran calizas, argilitas y margas formadas a partir de sedimentos depositados en la parte media del talud continental y la llanura abisal, por encima del nivel de compensación de carbonatos.
3). Seguidamente existen arenas y limos turbidíticos, con margas y pizarras negras subordinadas, depositadas en un ambiente marino profundo.
4). A continuación, hay pizarras negras que marcan el final del sistema de abanico submarino.
5). Por último, se sitúan calizas y margas pelágicas depositadas en el talud continental en el Albiense-Cenomaniense Inferior-Senoniense (hace unos 80 millones de años).
Todos estos sedimentos provienen, fundamentalmente, de la erosión de las rocas del vecino continente africano. Sin embargo, en los sedimentos arenosos se han encontrado circones con una edad de 3.500 millones de años, procedentes, seguramente de la erosión de rocas muy antiguas que aparecen actualmente en Canadá. Estos minerales se depositaron en el fondo de un primitivo océano Atlántico en los primeros momentos de su formación, cuando Norteámerica y África apenas se habían separado.
Tanto los sedimentos como las lavas almohadilladas aparecen trastocadas desde su posición original (horizontal) a una posición vertical, e incluso, invertida. La aparición de la Capa 1 y 2 de la Corteza oceánica en la superficie de Fuerteventura (por tanto, su levantamiento desde el fondo del océano Atlántico) y la deformación que manifiestan son el reflejo de importantes procesos tectónicos o magmáticos que han afectado a estas islas en el pasado.
Este LIG tiene interés petrológico, estratigráfico, sedimentológico y tectónico. Parte del mimo se incluye en el Monumento Natural de Ajuy.
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