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Formulario para apadrinar un Lugar de Interés Geológico

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DU043 - Sección del Mioceno medio y superior de Torremormojón Ver descripción LIG)

La sección de Torremormojón con cerca de 64 m de espesor presenta una excelente exposición, buena accesibilidad, y muy buena continuidad sedimentaria. La presencia casi continua de fósiles, en general con buena preservación, permite precisar la existencia de cuatro biozonas continentales con una duración de unos 4 Ma., dentro de los que se incluye el límite entre el Aragoniense y Vallesiense, y por lo tanto entre el Mioceno medio y superior en el ámbito continental. La sección de Torremormojón fue propuesta (Alvarez Sierra et al., 1990) como posible “estratotipo” alternativo para el límite Aragoniense-Vallesiense, que en el registro continental europeo venía marcado por la aparición o primer registro del équido Hipparion. Independientemente de esta propuesta la sección posee un alto valor paleontológico y geológico para el conocimiento de la parte central de la cuenca del Duero. La sucesión néogena de Torremormojón ha sido extensamente estudiada desde todos los puntos de vista: estratigráfico-sedimentológico (Corrochano et al., 1986; Corrochano et al., 2006; Armenteros y Corrochano, 2011) magnetoestratigrafía (Krijgsman et al., 1996; Ruiz et al., 1996), bioestratigrafía (López Martínez y Sanchiz, 1982; Alvarez Sierra y García Moreno, 1986; López Martínez et al., 1986) Álvarez Sierra et al., 1990; Corrochano y Valle, 1997), e isotópico (Armenteros et al., 2001). Cabe mencionar también los estudios paleontológicos de polen (Rivas Carballo y Valle, 1986) y de gasterópodos y foraminíferos (González Delgado et al., 1986). A partir de los estudios de micromamíferos (Álvarez Sierra y García Moreno, 1986; López Martínez et al., 1986) se ha podido establecer el límite entre el Aragoniense y el Vallesiense. La aparición de restos de Hipparion en asociación con el roedor Megacricetodon Ibericus en el cron de polaridad geomagnética C5n.2n a los 10.9± Ma (Krijgsman et al., 1996; Ruiz et al., 1996). A lo largo de la sucesión se aprecia una alternancia de estratos carbonatados blanco-grisáceos y siliciclásticos finos de color naranja. Estos últimos abundan en la mitad inferior de la sección y los primeros son predominantes en la superior. Las facies siliciclásticas están formadas por lutitas, limolitas y areniscas finas, mientras que las carbonatadas son margas calcíticas y dolomíticas, margas oscuras y calizas. Las características sedimentológicas y paleontológicas de las facies permiten reconocer tres asociaciones de facies que se articulan en 6 secuencias carbonatado-siliciclásticas principales, correlativas de ciclos de expansión-retracción lacustre, siendo los dominios lacustres progresivamente más importantes hacia el techo de la serie miocena. El análisis de facies y de sus asociaciones conduce a establecer un ciclo ideal constituido por una secuencia progradante: facies de la asociación lacustre, facies de la asociación marginal fluvio-lacustre y facies de la asociación de llanura aluvial distal (modificado de Corrochano et al., 2006)
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