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Formulario para apadrinar un Lugar de Interés Geológico

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CA099 - Difluencia glaciar del Boquerón de Bobias. Glaciarismo y periglaciarismo en los valles de Lechada y Naranco Ver descripción LIG)

Los valles de Naranco y Lechada se encuentran en las proximidades de Llánaves y Portilla de la Reina (respectivamente), en la carretera N-621 que va desde Riaño (León) a Potes (Cantabria) por el Puerto de San Glorio. Ambos valles presentan una morfología glaciar marcada y en ellos se mantienen en buen estado de conservación muchas de las formas de erosión y depósito originadas por la acción del hielo. Además, la existencia en la cabecera del valle de Lechada de sustratos litológicos variados y fáciles de diferenciar por el público general (granodiorita de Tres Provincias-Agujas de Cardaño, conglomerados de la Formación Curavacas y lutitas de la Formación Lechada) facilita la identificación de estos procesos y convierte a este LIG en un ejemplo muy adecuado para la observación y comprensión del glaciarismo acontecido en la Cordillera Cantábrica. Uno de los elementos más llamativos de la morfología glaciar de estos valles se encuentra en el paraje de El Boquerón de Bobias, un collado situado entre Lechada y Naranco a través del cual se produjo una difluencia glaciar desde el primer valle al segundo (Savage, 1967; Alonso Herrero, 1994; 2002). La existencia de una transfluencia implica que en el primer valle se alojaba una lengua de hielo de al menos 160 m de espesor. Así, la alimentación del Naranco proviene de los circos glaciares del Cubil del Can, del área de Manantial de Vegas Rubias, de los cinco circos de pequeñas dimensiones de la Sierra de Orpiñas y de los aportes laterales procedentes del valle de Lechada. Esta última fuente de hielo incrementa considerablemente el tamaño del glaciar que ocupaba el Naranco. Gracias a ello, en este valle, que presenta una cabecera modesta, se desarrollan formas de depósito importantes. Entre ellas destacan el complejo de morrenas frontales, en el que Alonso Herrero (2002) diferencia siete arcos morrénicos de retroceso. El menor poder de erosión fluvial posterior de un valle con una cabecera poco amplia motiva que el desmantelamiento de las formas glaciares haya sido escaso y su estado de conservación muy bueno. Por otro lado, la cabecera del arroyo de Lechada (Mojón de las Tres Provincias, Agujas de Cardaño y Hoyo Empedrado) destaca por la gran extensión de formas derivadas de procesos periglaciares, así como la frescura de las mismas. Uno de los elementos más llamativos es la gran extensión de canchales desarrollados, muchos de los cuales presentan una intensa actividad en la actualidad. Asimismo, se detectan otros procesos asociados con esa dinámica, como es la gelisolifluxión que origina en las laderas numerosos lóbulos. También se observan guirnaldas y terracillas periglaciares en las laderas, bordeadas por pastizales en forma de media luna. Así, esta zona constituye uno de los mejores enclaves de toda la provincia para observar formas de detalle generadas bajo condiciones periglaciares, tanto por la nitidez y el buen estado de conservación que presentan (lo cual indica una dinámica periglaciar subactual), como por la extensión de las mismas. Además, según los datos de Redondo Vega et al. (2010) el Hoyo Empedrado es la única estación de alta montaña de la provincia donde el régimen térmico del suelo indica aún condiciones de permafrost.
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