MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

97 tacto entre los Complejos Alpujárride y Maláguide como una zona de falla extensional sobreim- puesta a un cabalgamiento previo, que habría sido activa durante el Mioceno inferior (ALDAYA et al ., 1991; LONERGAN, 1991 y LONERGAN Y PLATT, 1995; GONZÁLEZ LODEIRO et al ., 1996; BOOTH-REA et al ., 2002). Este contacto extensional separaría dos haces de cabalgamientos, el inferior (Complejo Alpujárride) formado, en el área, por rocas metamorfizadas bajo condiciones de esquistos verdes y el superior (Complejo Maláguide) constituido por rocas diagenéticas y a lo sumo con anquimetamorfismo (LONERGAN, 1991; NIETO et al ., 1994) y LONERGAN Y PLATT, (1995). Los datos cinemáticos medidos en calcomilonitas del contacto entre ambos complejos, en la Sie- rra de Las Estancias, indican transporte del bloque de techo hacia el ENE. LONERGAN Y PLATT (1995) y ALDAYA et al . (1991) reconocen un segundo episodio extensional frágil con sentido de transporte hacia el O, que habría sido activo durante el Burdigaliense-Serravalliense. Tras esta tectónica extensional, los autores previos han descrito una evolución tectónica contrac- tiva desde el Mioceno medio hasta la actualidad, en un campo de esfuerzos cambiante entre contracción NNE-SSO y NO-SE. Por ejemplo, LAROUZIERE (1985), OTT D´ESTEVOU y MONTE- NAT (1985) y MONTENAT et al . (1987) diferencian un periodo de contracción NO-SE durante el Tortoniense que rota a NNE-SSO durante el Tortoniense terminal-Plioceno medio y vuelve a NO-SE durante el Plio-Cuaternario. Este modelo de evolución tectónica contrasta con otros que consideran que el campo de esfuerzos durante el Tortoniense estuvo dominado por extensión N-S (ARMIJO, 1977 y LONERGAN y SCHREIBER, 1993). Una de las características más peculiares de las unidades tectónicas aflorantes en el área es su fragmentación en cuerpos voluminosos de geometría lenticular, generados en condiciones de deformación frágil. Esto es general a escala de la unidad y de sus formaciones, siendo tanto las variaciones de espesor como las omisiones estratigráficas MÄKEL y RONDEEL, (1979), más que frecuentes e intensas. En general las unidades de posición inferior muestran deformación interna plástica que con- trasta con el régimen frágil de las fallas que las limitan a techo y muro. Tales fallas son frecuen- temente oblicuas a las superficies de referencia de cada unidad (foliaciones y estratificación) y cortan a las estructuras plásticas como pliegues. Las fallas frágiles cortan a menudo la foliación y estratificación de las unidades principales produciendo sistemáticamente omisiones de la columna litoestratigráfica. Gran parte de estas fallas son de bajo ángulo, con geometría de rellanos y rampas, frecuente- mente las rampas afectan a las litologías más competentes como las carbonáticas y los rellanos coinciden con el contacto entre estas rocas y las pelitas de las formaciones Permo-Triásicas. El resultado final de la actividad de estas fallas ha sido el de alargar y adelgazar la pila de unidades cabalgantes en régimen frágil de modo que respeta las formaciones y la zonación metamórfica, aunque con una considerable reducción de espesor distribuida de forma que las

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