MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

96 La cronología de los eventos más significativos propuesta por los distintos autores puede resumirse como sigue: LONERGAN (1991 y 1993) y LONERGAN et al . (1994) retomaron la interpretación de PAQUET, asignando una edad Eocena para los cabalgamientos, concluyendo que se iniciaron durante el Eoceno y se propagaron hacia la cuenca de foreland, situada actualmente al N de las Sierras de Espuña y de Las Estancias durante el Oligoceno tardío durante una nueva fase de acor- tamiento, cuyo sentido de transporte era hacia el NO según coordenadas geográficas actuales. MARTÍN MARTÍN et al . (1998a) basándose en nuevos datos bioestratigráficos propusieron una edad Oligocena terminal-Aquitaniense terminal para el episodio de acortamiento principal. Sin duda el aspecto más discutido por distintos autores es la dirección de emplazamiento de las unidades. PAQUET (1969); MAKÉL (1981, 1985), se inclinan por un emplazamiento hacia el sur; LONERGAN (1991, 1993), MARTÍN-MARTÍN (1996), describen que el emplazamiento se produjo de SSE a NNO, generando un “antiformal stack” cuyo flanco sur fue afectado por fallas normales y de desgarre posteriores que hicieron aflorar las unidades inferiores. SANZ DE GAL- DEANO et al . (2000), indican que los datos obtenidos a partir de estructuras menores señalan dos direcciones de emplazamiento tectónico: hacia el SSE y hacia el este lo cual parece estar de acuerdo con la propuesta de BOOTH-REA (2000), para la Zona de falla basal del Complejo Maláguide en los sectores meridionales de Sierra Espuña donde los criterios cinemáticos que encuentra indican una extensión de dirección NO-SE. Aunque en el área que se encuadra dentro del ámbito de esta Hoja los datos son muy escasos, los que se han medido y teniendo en cuenta la rotación sufrida por Sierra Espuña debido a la tectónica más reciente, parecen indicar una dirección de transporte tectónico en general hacia el este. Para el conjunto de Sierra Espuña, puede concluirse que el empilamiento de unidades en el cual las estructuras menores señalan al menos dos direcciones de transporte tectónico prioritario hacia el SSE y E, ha sido afectado por pliegues y fallas inversas con vergencia E, SE, y S ocasionando un arco convexo hacia el S. La morfología del arco puede interpretarse como el resultado del arrastre producido por la falla de desgarre sinistrorsa del borde SE de Sierra Espuña. Esta sierra ha sufrido en algunos puntos una elevación de más de 800 m desde el Mioceno superior hasta la actualidad. Tras la estructuración interna de las unidades maláguides de la Sierra de Espuña tuvo lugar la co- lisión con las Zonas Externas. La estructuración de la región del contacto entre las ZIB y las ZEB se resuelve mediante un retrocabalgamiento del Subbético sobre las ZIB con sentido de transporte del bloque de techo hacia el ESE (LONERGAN et al ., 1994), cuya edad es potsburdigaliense infe- rior existiendo evidencias de movimientos más tardíos que afectaron al Mioceno medio. Tanto las Escamas de Mula como la Unidad de la Sierra de Manzanete se encuentran hacia el este y NE recubiertas en discordancia angular y erosiva por los depósitos subhorizontales del Mioceno Superior de la Cuenca de Mula-Alhama-Alcantarilla. La asunción de que el metamorfismo que afecta a las Unidades del DCA se produjo en relación con su apilamiento inicial ha permitido considerar como fallas extensionales a aquellas superficies de falla a lo largo de las cuales se producen omisiones en el grado de metamorfismo (LONERGAN, 1991 y LONERGAN Y PLATT, 1995). Este ha sido el criterio fundamental para considerar al con-

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz