MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

88 IGN con Intensidad X MSK. Datos aportados por CALMEL-AVILA (2002) en la zona del Romeral (Sur de Librilla, dentro de esta Hoja), permiten proponer la existencia de un Evento sísmico im- portante que afecta a depósitos de c.a. 4.300 años BP y se encuentra sellado por un paleosuelo de 3.885 ± 60 años BP perteneciente a la Edad del Bronce (SILVA et al., 2003b). En cualquier caso, las magnitudes máximas estimadas para los diferentes eventos paleosísmicos son del or- den de Mw=7.0+/-0.1, la cual supera cualquier registro instrumental de la zona (MASSANA et al., 2003). Por otro lado, ateniéndonos a las longitudes máximas de los diferentes segmentos de la LAF, las relaciones empíricas propuestas por WELLS y COPPERSMITH (1994), indican que rupturas de 15 km de longitud se encuentran asociadas a eventos de Mw 6.0-6.5 con desplaza- mientos máximos por evento de 0.5m. De la misma forma rupturas de unos 30 km de longitud están relacionadas con eventos de Mw=6.5 – 7.0 con desplazamientos máximos entre 0.5-1.0 m. Estos valores son los que han obtenido diferentes autores para la LAF (SILVA et al., 1997; MARTÍNEZ DÍAZ y HERNÁNDEZ ENRILE, 2001b; MASSANA et al., 2003). En cualquier caso, los diferentes autores estiman que las tasas de elevación tectónica asociada a frentes de falla activos, como es el segmento central de la LAF, son del orden de 0.08-0.2 mm/año. Estos valores se asocian según diferentes relaciones empíricas a periodos de recu- rrencia de 1750 – 2600 años y 10.000 – 12.500 años para eventos de intensidad superior a VIII MSK (SILVA et al., 2003b). No obstante, los registros históricos (últimos 650 años) do- cumentan periodos de recurrencia de 100-250 años para eventos de intensidad VII-VIII en la zona de Murcia, que podrían ilustrar la actividad sísmica durante los grandes periodos de tiempo comprendidos entre grandes terremotos. Relaciones empíricas, como la propuesta por VILLAMOR y BERRIMAN (1999) para tasas de elevación – periodo de recurrencia, también nos indican periodos de recurrencia entorno a los 10.000 años para grandes terremotos (CAPOTE y MARTÍNEZ DIAZ, 2001; SANTANACH, 2001). La peligrosidad sísmica de la zona puede catalogarse media-alta comparada con el resto del territorio español. La Región de Murcia ha sido objeto de análisis de zonificación sísmica a diferentes escalas. Así la la Macrozonación sísmica que realiza la Norma de Construcción Sismo- rresistente (NCSE-02), atribuye a la zona de la Depresión aceleraciones horizontales básicas (a b ) entre los 0.12 y los 0.08 g, alcanzándose los valores máximos en la zona de Murcia-Orihuela (>0.15 g). En concreto la MCSE-02 asigna al Municipio de Lorca un valor de 0.12 g, al de Totana 0.10 g los de Alhama y Fuente Alamo 0.11 g y al de Mazarrón 0.09 g. Estos valores de intensi- dades están generalmente relacionados con intensidades £ VII MSK. Ensayos de mesozonación sísmica como el realizado en el Atlas Inventario de Riesgos Naturales de la Región de Murcia (IGME-CARM, 1995) asignan a la Depresión del Guadalentín una aceleración sísmica más ho- mogénea de 0.13 g, la cual disminuye progresivamente hacia la costa donde se alcanzan valores de 0.11-1.10 g. Los valores de aceleración horizontal más bajos en todo el entorno de la zona de Murcia se encuentran en torno a los 0.7 g a lo largo de su límite con Castilla-La Mancha. En cualquier caso es necesario apuntar que teniendo en cuenta los factores de amplificación considerados en la NCSE-02 los valores de aceleración podrían incluso superar 0.18-0.20 g (c.a. VIII MSK) para localidades con “efecto sitio” relevante, como es el caso de todas las poblaciones edificadas sobre rellenos cuaternarios poco consolidados, prácticamente todas en nuestro caso, y en particular la Ciudades de Murcia, Alcantarilla y Lorca, así como todas las situadas a lo largo del Valle del Segura, aguas abajo de Cieza.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz