MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

42 La verticalización de los depósitos, todavía no litificados, provoca su desestabilización y su resedimentación bajo la forma de derrames gravitatorios de amplitud variable (debris flow y mud flow, deslizamientos en masa de materiales turbidíticos más o menos desmembrados, despegues de bloques carbonatados, etc.). La amplitud de los movimientos horizontales, una veintena de kilómetros desde el final del Tortoniense a lo largo de los desgarres del corredor de cizalla: quince kilómetros sobre el accidente del Guadalentín (SILVA P., 1994), 75 a 100 Km en el de Crevillente-Alicante NIETO Y REY (2003) ocasiona que la configuración del marco paleogeográfico neógeno se haya encontrado constantemente modificada. En numerosos lugares, cuerpos detríticos importan- tes, así como los macizos que los han alimentado, se encuentran actualmente ampliamente desconectados por el efecto de los juegos de estos desgarres. Conglomerado de la Aguadera en la cuenca del Hinojar (Totana). La formación de los pliegues “en échelon” de escala kilométrica, acompaña al juego de los desgarres mayores y en consecuencia, al poder realizarse durante la sedimentación, han fa- vorecido el desarrollo de depósitos carbonatados, a veces arrecifales, sobre el emplazamiento de los abombamientos anticlinales. II) Los grabens. Su geometría suele ser poligonal cuadrangular y no presentan depocentros con subsidencia notable. Estas cuencas se sitúan en los sectores en extensión de fallas de desgarre seudo-conjugadas (Mazarrón: LAROUZIÈRE et al ., 1987) o sobre los relés conformes de desgarres, donde realizan dispositivos del tipo “rhomb – grabens” (Cuenca de Lorca). Sus bordes, poco deformados, muestran una estructuración en graderío, separado por fallas normales. La coexistencia en el interior de la banda de desgarre de áreas deformadas en compresión y en extensión, es un aspecto característico de dichos sistemas tectónicos, ya observados en otras partes. Esta coexistencia se traduce por la evolución simultánea de cuencas sedimen- tarias dependientes de uno o de otro tipo de la deformación: de “surcos sobre desgarre” y de los grabens. Las cuencas relacionadas con esta última categoría son bien conocidas: se trata de “rhomb- grabens” o “pull apart”, considerados, a menudo, como el arquetipo de la cuenca en régimen transcurrente. En realidad, son poco frecuentes en el dominio este-bético, donde los “surcos sobre desgarre” representan la entidad sedimentaria más generalizada y la más original en lo que concierne a sus características tectono-sedimentarias. En este encuadre regional, la Cuenca Neógena de Mula se encuentra limitada al norte y sur por dos de los accidentes de desgarre más importantes de las Codilleras Béticas Orientales: El accidente de Cádiz- Alicante (SANZ DE GALDEANO, 1983), también llamado Falla Nor-Bética (BAENA et al ., 1993), o Zona de Falla de Crevillente-Alicante (NIETO Y REY, op, cit ), de carác- ter dextral y, el accidente de Lorca-Alhama sinestral. Por el norte la cuenca está limitada por los relieves de las sierras del Cajal y de Ricote, a lo largo del accidente Cádiz-Alicante; al sur queda separada de la Depresión del Guadalentín por los modestos relieves de la Muela de Alhama y las alineaciones de cuestas de Librilla-Alcantarilla que se desarrollan a lo largo del trazado de la Falla de Lorca-Alhama. El borde occidental de la cuenca está constituido por un

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