MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

109 meridionales. Sin embargo, estudios recientes de la estructura de Sierra Espuña, utilizados en este trabajo (SANZ DE GALDEANO et al. , 2000), apuntan que al menos algunas direccio- nes de transporte tectónico observadas en dicha sierra, son predominantemente hacia el E y SSE, es decir al contrario de lo que cabría esperar según lo apuntado anteriormente. Esto puede deberse a otras causas, tales como rejuegos posteriores de los contactos entre uni- dades. Así, se han propuesto rotaciones para los materiales estudiados en Sierra Espuña de hasta 180º (ALLERTON et al. , 1993), por lo que, en ese caso, si las direcciones de transporte tectónico medidas en dicha sierra fueron las producidas originalmente entre los mantos, pasarían a estar en consonancia con los valores hacia N-NO ya mencionados. La existencia de estas rotaciones conlleva sin embargo una nueva cuestión importante des- de el punto de vista paleogeográfico, relacionada con las variaciones de facies y estructu- ras sedimentarias observadas en las mismas. Así, por ejemplo, medidas de paleocorrientes tomadas por MÄKEL (1982, 1985) en la unidad de Morrón de Totana, indican un sentido de transporte de sur a norte, por el que al deshacer las rotaciones, dicha procedencia pasa a ser septentrional, con lo que se necesitan zonas emergidas y sometidas a erosión situa- das al norte de la unidad de Morrón de Totana. Por otra parte, si se compara la evolución sedimentaria de las unidades infrayacentes (Yéchar y La Santa) con la de Morrón de Totana, se ve que mantienen un claro paralelismo hasta el Triásico Superior, durante el cual, las uni- dades inferiores continúan con una sedimentación carbonatada, mientras que la unidad de Morrón de Totana cambia el tipo de sedimentación para pasar a ser fundamentalmente detrítica. Si a esto se le añade que a partir del Noriense-Retiense, las unidades inferiores dejan de presentar depósito (al menos no se conserva), mientras que éste continúa en Morrón de Totana, pasando a ser de tipo carbonatado nuevamente, parece deducirse que existe una desconexión con las anteriores. En definitiva, aunque todas estas unidades eran relativamente cercanas, las unidades más altas de Sierra Espuña estaban en posiciones paleogeográficas más meridionales, mediando entre éstas y las infrayacentes, una zona elevada, sometida a erosión y eventualmente con depósito de “tipo maláguide”. Según MARTÍN MARTÍN (1966, etc.), la cobertera jurásica de la unidad Morrón de Totana, tiene un enorme parecido con las existentes en la Dorsal Externa, por lo que se podrían con- siderar equivalentes. La Dorsal Externa, ha sido situada al sur del Maláguide (DURAND-DELGA, 1980; DU- RAND-DELGA y FONTBOTÉ, 1980), posición que es aceptada por muchos autores. Sin em- bargo, MARTÍN ALGARRA (1987, etc.) y MARTÍN MARTÍN (1996), piensan que es parte de la cobertera Alpujárride y por tanto la sitúan al norte del Maláguide. Sin que sea objetivo del presente trabajo, se acepta la posición indicada por DURAND-DELGA (1980), lo que supone, que la unidad de Morrón de Totana se encontraba originalmente al sur en el Maláguide y hacia el sur del mismo y, que en el proceso de su colocación tectónica rotó finalmente, siendo ahora congruentes las direcciones citadas por MÄKEL (1982, 1985) y la posición que tiene la Dorsal Externa en Sierra Espuña. Aceptando esa hipótesis, la posición original de la unidad de Morrón de Totana es bastante meridional dentro del dominio paleogeográfica Maláguide,

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