MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)

107 a dos zonas más subsidentes, como son el Alpujárride central y algunos de los sectores de la Calabria, en los que aparecen como ya se ha dicho, series muy similares a la de los alpujárrides orientales, pero con mayores espesores y con depósitos de edad Noriense muy desarrollados. En la Fig. 11, se sitúa también de manera esquemática, la zona donde se debieron de de- positar las unidades alpujárrides que hoy presentan un metamorfismo de grado alto. Con dicha ubicación no se pretende individualizarlas del resto de sectores adyacentes, pues eran indiferenciables durante el Triásico, ya que la distinción a la que se está haciendo referencia se debe a una evolución terciaria posterior. Así, lo que se intenta reflejar es el sector en concreto que sufrió, posteriormente, dicha evolución geodinámica y que no afectó del mismo modo al sector más oriental del Alpujárride. No obstante, parte de estas diferencias posteriores, se de- ben a la creación, ya desde el Triásico, de una serie de zonas de debilidad que condicionaron durante este período las diferentes tasas de subsidencia y tipo de ambientes sedimentarios en diferentes zonas del Alpujárride, a modo de pequeños subdominios dentro de éste. En el área estudiada, el número y el volumen de unidades alpujárrides existentes entre el com- plejo Nevado-Filábride y Maláguide (aún teniendo en cuenta los importantes procesos exten- Figura 11. Esquema donde se muestra la posición, a comienzos del Triásico, de los futuros do- minios paleogeográficos de la Zona Interna Bético-Rifeña, así como de los dominios circun- dantes. GARCÍA TORTOSA, F.J. (2002). Modificada de Sanz de Galdeano et al., 2001.

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