MAGNA 3.0-E. 1:50.000. ALCANTARILLA (933)
100 (N45-50ºE y 26 km de longitud). Datos morfométricos (SILVA et al., 2003) y paleosísmicos, indican que estas trazas de falla activa están condicionadas por tasas de desplazamientos verticales superiores a 0.08 mm/año e incluso pueden alcanzar los 0.2 mm/año, mientras que las tasas de desplazamiento en la horizontal se sitúan entre 0.15 y 0.32 mm/año (MASANA et al., 2003) para este segmento central y oriental de la falla. Como veremos los datos sísmicos permiten correlacionar muchos de los epicentros (históricos e instrumentales) con las trazas de ambas ramas de la falla, por lo que puede catalogárselas como fallas activas (SILVA et al., 1992c; 2003; SILVA, 1994 y 1996b; BAENA et al., 1994; MARTÍNEZ DÍAZ et al., 2001a). La LAF, es considerada por diversos autores MONTENAT, (1977); MONTENAT et al ., (1987); MON- TENAT et al ., (1990); MARTÍNEZ DÍAZ y HERNÁNDEZ ENRILE, (1991); RODRÍGUEZ ESTRELLA et al ., (1992); MARTÍNEZ DÍAZ, (1998); GUILLÉN MONDÉJAR, (1994), GUILLÉN MONDÉJAR et al ., (1995). etc., como causante de las deformaciones que afectan a los cuerpos sedimentarios en el área desde el Mioceno medio o bien desde la formación de las Cuencas de Lorca, Fortuna-Mula-Alhama, etc., hasta la actualidad. Sin embargo, otros autores LONERGAN, (1991), LONERGAN et al (1993), consi- deran que la actividad de la LAF comienza con posterioridad al Tortoniense al considerar que el elip- soide de esfuerzos, obtenido a partir de las fallas extensionales Tortonienses, es incompatible con la actividad de esta falla. Los datos de orientación de estructuras descritos con anterioridad señalan igualmente una incompatibilidad de los campos de esfuerzos existentes durante el Tortoniense superior (extension radial y contracción NO-SE) con la orientación N50/55E y cinemática sinestrorsa de la LAF compatible con una dirección de acortamiento principal NNE-SSO a N-S. El único periodo durante el cual la LAF condiciona la topografia del área y se producen dis- cordancias progresivas relacionadas con su actividad es a partir del Plioceno, donde a su vez, se constata la existencia de un importante hiato deposicional. En el caso de esta Hoja es evi- dente que la actividad de esta fractura y de sus ramificaciones condicionan la sedimentación y el plegamiento de los depósitos del Plioceno y Pleistoceno Inferior (Unidad Roja). Tambien durante el Pleistoceno-Holoceno la sedimentación de la Depresión del Guadalentin ha estado condicionada por la actividad de esta falla (BAENA et al., 1993; SILVA et al., 1992a; SILVA, 1994; SILVA et al., 1997); MARTINEZ DIAZ, 1998). Por estas razones BOOTH – REA (2000), ha considerado que la Falla de Alhama de Murcia habría sido activa desde el Plioceno hasta la actualidad, siendo la responsable de la topografía actual del área y de la elevación, desde el Plioceno superior, de la Sierra de La Tercia cuyo ba- samento comienza a aportar cantos a la Cuenca de Lorca en el Plioceno superior – Pleistoceno inferior por primera vez desde el Tortoniense. En los últimos años, se han realizado estudios de la LAF con especial atención al análisis de la tectónica activa del corredor, las posibles estructuras cosísmicas asociadas a la misma y sus implicaciones en la peligrosidad sismica de la zona. SILVA, P. (1992 y 1994), analizó en profun- didad la dinámica cuaternaria del Valle del Guadalentin, aguas debajo de Lorca deduciendo un claro control estructural causado por la FAM. El tramo de la LAF, encuadrado en esta Hoja, discurre entre Alhama de Murcia y Jabalí Nuevo. Esta constituido por un corredor tectónico formado por una zona de cizalla de dirección N40E
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