MAGNA 3.0-E. 1:50.000. MOLINA DE SEGURA (912)

71 con espesores máximos de 6 m, salvo en algunos puntos como en las proximidades de Ceutí y de Rivera de Abajo, donde, debido a la tectónica reciente se han producido acumulaciones anómalas a favor de los labios de falla hundidos, alcanzando espesores superiores a los 10 m. En este sentido hay que añadir también que, localmente, en algunas de las terrazas, se pue- den observar deformaciones, fracturas y fallas de pequeñas dimensiones. Todos estos hechos nos informan de la constante actividad tectónica en la región. El río Mula, por su parte, desarrolla seis niveles de terrazas a +65-80 m, +40 m, +22-36 m, +15 m, +5-7 m y +2 m, este último equivalente al fondo de valle. La mayoría de las terrazas presentan facies típicamente fluviales con espesores máximos de 6 m, pero que raramente llegan a superar los 2 m. Están formadas por cantos y gravas, principalmente de naturaleza carbonatada, aunque se encuentran cantos de otra naturaleza como silex, areniscas, calcare- nitas, etc. Sus facies son las habituales en un medio fluvial, reconociéndose barras, rellenos de canal, imbricaciones, cicatrices erosivas, estratificaciones y laminaciones en los niveles más arenosos. Sin embargo, dentro de esta serie fluvial existe un nivel a +22-36 m, que por su potencia y por sus facies de carácter fluvio-palustre se describe en otro apartado. 2.4.7. Limos, arenas y gravas (56). Cauces abandonados. Holoceno Se han considerado algúnos meandros abandonados en el curso del río Segura y en otros afluentes secundarios, pero, en cualquier caso, no revisten una gran importancia. El de mayor tamaño es el que se encuentra al oeste de la localidad de Algaida, en la margen derecha del río Segura. Se reconoce, aparte de la depresión que los constituye, por su natura- leza arcillosa, al menos a techo, y presentar tonos parduscos en contraste con los materiales más blanquecinos que los rodean. Contienen también arenas gravas y cantos, pero en menor cuantía. Aunque normalmente son inactivos, en periodos de grandes avenidas pueden sufrir encharcamientos temporales. Se consideran de edad Holoceno. 2.4.8. Travertinos (57). Holoceno El depósito al que aquí se hace referencia está situado en la terminación oriental de la sierra de Ricote, 1,5 km aproximadamente al SO de la localidad del mismo nombre. Se trata de un conjunto de carbonatos de precipitación que engloban multitud de restos vegetales (cañas, carrizos, hojas, ramas y raíces), formados a favor de un manantial que dre- na el acuífero que constituye la sierra de Ricote. Se le atribuye una edad holocena por ser funcional en la actualidad, aunque el inicio de su formación pudo ser algo anterior, al menos Pleistoceno superior. 2.4.9. Margas con bloques y masas caóticas de areniscas calcáreas y calizas. Deslizamien- tos (58). Holoceno En cuanto al deslizamiento cartografiado en la sierra de Cajal está ligado a la presencia de mate- riales calcomargosos, por lo que la masa deslizada estará formada por el conjunto de estos mate-

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