MAGNA 3.0-E. 1:50.000. MOLINA DE SEGURA (912)
70 En primer lugar, conviene señalar que la Cuenca del río Mula ha sido motivo de atención de diver- sos autores, entre los que se destacan MATHER et al. , 1995 y SILVA et al. , 1996 por haber estu- diado con detalle las peculiaridades de esta cuenca pleistocena, tan condicionada por la tectónica. El nivel de +22-36 m, constituye una serie de carácter fluvio-palustre, con una potencia su- perior a 18 m que aparece solamente aguas arriba de la Falla Tollos-Rodeo, constituyendo el mayor episodio sedimentario este sistema. Para los autores, estos depósitos se encuentran en relación con paleovalles bien delimitados, entre otros por los escarpes del nivel de + 40 m. AGUSTI et al. , en 1990 describe un yacimiento de micromamíferos en la parte superior de la secuencia fluvio-palustre, en Baños de Mula, que indica una edad Pleistoceno superior. Sedimentológicamente, sus características han sido estudiadas con detalle en un trabajo de MATHER et al. , 1995 en el que se considera que los depósitos fluvio-palustres son los dominan- tes, con facies de gravas fluviales subordinadas. Por tanto, las gravas de carácter fluvial son más bien escasas y cuando aparecen, dan cuerpos lenticulares canalizados. Por encima o intercala- das, aparecen arenas formando cuerpos canalizados que indican un sistema de funcionamiento “braided” con facies laminadas en el interior. Sobre las facies arenosas se reconocen abundan- tes procesos edáficos que varían desde suelos moteados ferruginosos hasta pseudo-gleys que indicarían encharcamientos temporales. Sin embargo, las facies fluvio-palustres que aparecen a techo son las más representativas. Se trata alternancias de arenas y limos amarillentos, fuerte- mente laminadas y con un alto contenido en carbonatos. Entre ellas aparecen intercalados dos cuerpos arcillosos de tonos grisáceos con illita, materia orgánica y gasterópodos de agua dulce (MATHER et al. , 1995). Estos cuerpos tienen un alto grado de edafizacion y están biortubados, siendo característica la presencia de suelos hidromorfos de tipo gley con grietas, huellas y tubos de raíces, normalmente rellenos por yesos secundarios. SILVA et al. , 1996, señalan, además, la existencia de dos hechos muy importantes, uno es la presencia de deformaciones sinsedimen- tarias, en un horizonte bien definido y que se reconoce a lo largo de 8 km y, otro, el registro de grandes paleodeslizamientos, anteriores y contemporáneos al desarrollo de estas facies, a lo largo de la falla Tollos-Rodeos, en la intersección con el cauce del río Mula. 2.4.6. Cantos y gravas redondeados con matriz arenoso-limosa (48, 49, 51, 52, 54, y 55). Terrazas. Pleistoceno inferior-holoceno Las terrazas constituyen el universo más complejo en el conjunto de los depósitos de carácter fluvial y son los sistemas de los ríos Segura y Mula los que alcanzan un mayor desarrollo. El río Segura desarrolla siete niveles de terrazas, algunos de carácter discontinuo, encajados, y con alturas que van desde los +80 m hasta los +5 m. Litológicamente están constituidos por un conjunto de gravas, cantos y bloques con una matriz arenosa y ligeramente cementados. Sus depósitos se corresponden con los antiguos fondos de valle de carácter torrencial, ofre- ciendo cierta similitud con los fondos de valle actuales. La litología de los cantos es mayorita- riamente de naturaleza calcárea, aunque existen algunos fragmentos de rocas metamórficas, pero muy escasos. Sus facies son típicamente fluviales, es decir, están constituidas por barras, rellenos de canal, cicatrices erosivas, imbricación de cantos, etc. También hay depósitos más finos, de arenas y limos con laminaciones paralelas y cruzadas. La potencia es muy variable
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