MAGNA 3.0-E. 1:50.000. MOLINA DE SEGURA (912)

69 2.4.2. Cantos y gravas con bloques y matriz limoso-arcillosa (42, 43 y 44). Glacis de cobertera. Pleistoceno medio-superior A continuación, y encajándose en los glacis de techo de piedemonte, se pueden reconocer a grandes rasgos tres niveles de glacis de cobertera. El primer nivel también está constituido por facies de grandes bloques, pero de menores tamaños, encontrando ya cantos y gravas, con matriz limoso-arcillosa. Su superficie a techo es más plana que la de los glacis de techo de piedemonte y tienen menor potencia. A continuación, en la Planicie Central se pueden reconocer a grandes rasgos dos niveles. Son glacis con depósitos de potencia variable y que partiendo de algunos relieves menores se dirigen a los principales cursos de agua. Algunos son de gran tamaño como los originados al sur y al este de la sierra de la Muela o los que desde el Alto de la Serreta o desde la esquina noreste dirigen sus depósitos al valle del río Segura. Sus potencias y litología también son muy variables, con una disminución textural y de espesor hacia las zonas más alejadas de los relieves. 2.4.3. Cantos y gravas con matriz limo-arcillosa parda y encostramientos carbonatados (45 y 46). Abanicos aluviales. Pleistoceno medio-superior Estos depósitos aparecen con un amplio desarrollo en la zona noroccidental de la sierra de Ricote, donde recubren grandes extensiones y adquieren sus máximos espesores. Están constituidos por cantos y gravas de naturaleza principalmente calcárea dada la na- turaleza del área fuente, los materiales del Jurásico, aunque también existe una pequeña proporción de cantos de silex, de areniscas calcáreas y de calcarenitas del Mioceno, cuando éstas están próximas a las raíces de los abanicos aluviales. La matriz es arcillosa, a menudo de alta plasticidad, con tonos cremas en superficie (10 YR 5/4). Existen dos niveles, uno más antiguo que el otro y en ambos puede aparecer, a techo, una costra de tipo “dalle” con estructuras pulverulentas, bréchicas y laminares-bandeadas, aunque el intenso aprovecha- miento agrícola, dificulta encontrarlas in situ . El espesor medio de estas formaciones suele estar entre 3 y 5 m, aunque a veces pueden superarse los 6 m; por el contrario, las costras difícilmente llegan alcanzar 1 m. 2.4.4. Tobas y travertinos (47 y 53). Terrazas travertinicas. Pleistoceno inferior y pleistoce- no superior En las proximidades de las localidades de Baños de Mula y de Albudeite, la actividad hidroter- mal, rica en calcio, asociada a la Falla Límite, proporciona otros tipos de depósitos de terraza de carácter tobáceo y travertínico (ROMERO DÍAZ et al., 1992). El nivel más antiguo se sitúa en el Cerro Castillo y el más reciente se corresponde con la terraza de +22-36 m. 2.4.5. Arenas y limos amarillentos (50). Terrazas fluvio-palustres. Pleistoceno superior En este apartado se describe el nivel de terraza de +22-36 m, del río Mula por tener unas características muy particulares en relación al resto de los niveles de terrazas del mismo río.

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