MAGNA 3.0-E. 1:50.000. Ontinyent (820)
18 Martínez et al . ( 1975) distinguen tres regiones con características diferentes: Sierra Grossa, sierra de La Solana y Sierra Mariola. En las dos primeras regiones, se manifiesta bien la trilogía dolomítica que caracteriza al Cenomaniense-Turoniense de este sector del Prebético: Dolo- mías grises vacuolares en la base, dolmicritas y margas dolomíticas intermedias y dolomías negras cristalinas a techo. La región de Sierra Mariola, sin embargo, se caracteriza porque la dolomitización además de localizarse en el Cenomaniense-Turoniense, alcanza también al Senoniense (llega a afectar incluso al Campaniense). En la Franja Anómala situada sobre esta región algunos autores señalan la ausencia del Turoniense (Martínez del Olmo et al ., 1982). Sin embargo, no se cartografiaron las dolomitizaciones que afectaban al Barremiense-Aptien- se y Albiense de Sierra Mariola, donde éstas afectaban a bancos independientes, ni tampoco se cartografió la dolomitización del Senoniense de sierra de la Solana y Benicadell, por los mismos motivos. Estos autores atribuyen la disposición areal y vertical de la dolomitización a la conjunción de dos fenómenos paleogeográficos distintos: la transgresión cenomaniense y el umbral de Sierra Mariola. Además, influyen las condiciones de la roca original. El resto de los materiales del Cretácico Superior se encuentran ampliamente representados en la Hoja, y corresponde a las formaciones sierra de La Solana y Mariasnal, definidas en Vera et al. (1982), el Senoniense de La Font-Roja y la facies Garumniense. Una caracterí- sitica importante son los marcados cambios de facies atribuibles a diferentes condiciones paleogeográficas. Estos cambios laterales de facies marcan el paso de condiciones de plata- forma nerítica a facies más distales en dirección E-SE. 2.1.3.1. Dolomías masivas y brechoides y niveles de margas hacia techo (7). Formación Dolomítica de Sierra Mariola. Aptiense superior-Campaniense? En la sierra de la Solana, aunque se desarrolla relativamente bien la trilogía dolomítica, los súbitos cambios de facies y, en especial, la poca potencia de las dolomías negras superiores, han aconsejado la cartografía de dos unidades: • Dolomías masivas, dolomías brechoides y niveles de margas (Unidad 7). • Dolomías margosas, dolomicritas y margas dolomíticas. Dolomías masivas a techo (Uni- dad 8). En el borde N de la Hoja, a lo largo de Sierra Grossa, la trilogía dolomítica se mantiene, pero los súbitos cambios de facies y espesores han aconsejado unificar toda la Formación dolomí- tica en una sola unidad cartográfica, la 7. La serie dolomítica de Sierra Mariola es más potente que en el resto de los dominios más sep- tentrionales. La dolomitización, que ya afectaba inclusos a bancos individuales del Senoniense (sector de Solana del Pino y corte de la carretera CV-81 entre Ontinyent y Bocairente, por ejemplo), se generaliza aquí abarcando desde el Albiense superior al Campaniense. Martínez
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