MAGNA 3.0-E. 1:50.000. Ontinyent (820)
11 2. ESTRATIGRAFÍA En la Hoja de Ontinyent se encuentran representados el Cretácico, Paleógeno y Neógeno prácticamente completos. Las unidades litoestratigráficas cretácicas descritas en este trabajo son las definidas a partir de los trabajos de García Hernández (1978), Azema et al. (1979), Jerez, L. (1981) y García Hernández et al. (1980), entre otros, y recogidas en el libro del Cretácico de España, Univ. Complutense Madrid, 1982. Los materiales del Paleógeno datado aparecen únicamente en el dominio interno, en la sierra de la Font-Roja. Se encuentran representados el Paleoceno y parte del Eoceno. Materiales en facies rojas continentales de la zona de Agullent han sido atribuídos al Oligoceno por algunos autores (Brinkmann, 1931), aunque sin base paleontológica. El resto del Terciario presenta un registro prácticamente completo desde el Mioceno al Plioce- no. La base del Mioceno, constituída por calizas de algas, no ha aportado fauna característica por lo que su datación es aproximada. El resto del Mioceno en facies Tap corresponde al intervalo desde el Langhiense hasta el Tortoniense, culminando en facies rojas continentales en tránsito al Plioceno. Los materiales pliocenos, tradicionalmente denominados depósitos de “rim-syncline” peridiapíricos, no han aportado tampoco fauna significativa, por lo que su datación es también aproximada. El Cuaternario, principalmente abanicos aluviales con gran extensión superficial y en ocasiones espesores relativamente potentes, constituye el relleno final de las depresiones interserranas. 2.1. CRETÁCICO El Mesozoico de la Hoja de Ontinyent corresponde únicamente al sistema Cretácico. Está representado prácticamente todo el sistema, en general bien datado salvo en los tramos do- lomitizados de la base del Cretácico Superior. Estas zonas de dolomitización constituyen el principal problema estratigráfico de la Hoja pues afectan a diferentes pisos y, en general, son bastante heterócronas. En este sentido se ha podido distinguir la trilogía dolomítica en el norte de la Hoja (Grossa), aunque debido a la variabilidad en espesores de sus miembros se han preferido incluir en una única unidad car- tográfica. Esa trilogía, sin embargo, no se detecta en la denominada Franja Anómala (Sierra Mariola), donde además la dolomitización afecta también a la serie del Barremiense-Aptiense. Otro aspecto que ha dificultado la elaboración de la cartografía ha sido los súbitos cambios de facies que afectan esencialmente al Senoniense y que se han detectado en la Grossa y en el flanco sur de Sierra Mariola. En la Figura 1, extraída de la tesis de De Ruig (1992), aparecen las secuencias deposicionales del Cretácico Inferior.
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