MAGNA 3.0-E. 1:50.000. GRADO (028)

97 mayor proximidad de los relieves de la cordillera emergente, provocaron la rápida progradación de sistemas deltaicos y sus cuñas clásticas prodeltaicas (correspondientes a la Fm San Emiliano). Estos sedimentos sustituyeron y cubrieron progresivamente a las plataformas carbonatadas a lo largo del Bashkiriense. En conjunto, estas sucesiones ofrecen un buen registro de los ciclos de descenso y ascenso del nivel del mar originados por las glaciaciones que caracterizaron el Carbonífero superior (Pensilvánico), y son sincrónicas con la deformación del Domino del Navia y Alto Sil de la Zona Asturoccidental-leonesa y con el comienzo de la deformación de las partes más occidentales de la Zona Cantábrica. La Región de Pliegues y Mantos es incorporada progre- sivamente a la cuña orogénica a lo largo del Bashkiriense superior y el Moscoviense. Desde ese momento, el área de esta Hoja pasó a formar parte de la Cordillera Varisca y estuvo sometida a intensos procesos erosivos. Sin embargo, en el Estefaniense, reajustes tectónicos dieron lugar al desarrollo de pequeñas cuencas subsidentes donde se acumularon sedimentos fluviales y de abanicos aluviales. Estos sedimentos molásicos fueron también afectados por la deformación durante la etapa final de la Orogenia Varisca, probablemente en relación con la deformación asociada al cierre del Arco Ibero-Armoricano. 5.3. LA APERTURA DEL GOLFO DE VIZCAYA Y DEL OCÉANO ATLÁNTICO Desde el Pérmico inferior y a lo largo del Triásico se produjeron importantes episodios tectónicos extensionales que dieron lugar al desarrollo de grandes cuencas de tipo rift . La evolución pos- terior de algunas de ellas dio lugar finalmente a la ruptura del supercontinente Pangea y a la individualización de placas litosféricas menores. En el norte del Macizo Ibérico, durante el Pér- mico, Triásico y Jurásico, los procesos extensionales generaron inicialmente, pequeñas cuencas continentales limitadas por fallas subverticales (como p. e. la existente en torno a Villabona). Su relleno está generalmente formado por sucesiones siliciclásticas acumuladas por sistemas fluvia- les y abanicos aluviales, siendo común también el desarrollo de sistemas lacustres (formaciones Sotres, Cabranes y Caravia). La presencia de niveles de cenizas y tobas volcánicas en los depó- sitos pérmicos (formaciones Sotres y Cabranes) evidencia la existencia de una cierta actividad volcánica durante las fases iniciales del rifting . El clima árido reinante durante el Pérmico y el Triásico es el responsable de la coloración pardo-rojiza de estos sedimentos y explica además la presencia frecuente de costras carbonatadas y de depósitos evaporíticos como los que caracte- rizan la Fm Fuentes. Durante el Jurásico Inferior, en el norte de la península (Asturias y Cuenca Vasco-Cantábri- ca) se acumularon sucesiones carbonatadas marinas en ambientes de plataforma, después de una rápida transgresión. Esta transgresión, que tuvo lugar aproximadamente durante el límite Triásico-Jurásico, fue favorecida por la existencia de un episodio de subsidencia regio- nal (Barnolas Y Pujalte, 2004). En el área de la Hoja, sin embargo, no se han preservado de- pósitos de esta edad. Las condiciones de sedimentación marinas dominantes en el norte de Iberia durante gran parte del Jurásico cesaron hacia finales del Jurásico Medio y comienzos del Jurásico Superior, coincidiendo con la reactivación de la tectónica extensional. A conti- nuación, y hasta casi finales del Barremiense (Cretácico Inferior), se acumularon sucesiones continentales, litorales y marinas restringidas, constituidas mayoritariamente por depósitos siliciclásticos (Pujalte et al ., 2004), representados en la Hoja únicamente por los depósitos aluviales conglomeráticos de la Fm La Ñora.

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