MAGNA 3.0-E. 1:50.000. GRADO (028)

94 5. HISTORIA GEOLÓGICA La historia y evolución geológica del área correspondiente a la Hoja de Grado ha de enmarcarse necesariamente en un contexto más amplio. La evolución desde el Neoproterozoico y a lo largo del Paleozoico del fragmento de la litosfera donde se encuentra (noroeste de la península Ibérica) está inseparablemente ligada a la evolución del Macizo Ibérico, y finaliza con la colisión conti- nental que da lugar a la formación del supercontinente Pangea. El desmembramiento de este supercontinente, iniciado en el Pérmico, da lugar a lo largo del Mesozoico a la individualización de la placa Ibérica y a la apertura del océano Atlántico y del golfo de Vizcaya. La convergencia N-S entre las placas Ibérica, Europea y Africana durante el Cenozoico controlaron la evolución del margen continental Cantábrico y dieron lugar a su inversión y a la formación de la Cordillera Pirenaica y Cantábrica. 5.1. DESDE EL NEOPROTEROZOICO HASTA LA OROGENIA VARISCA Las rocas de la Serie del Narcea, junto con otras formaciones neoproterozoicas presentes en el NO de Macizo Ibérico, contienen el registro geológico más antiguo existente en la península Ibérica. Originalmente, estas rocas formaron parte del margen continental septentrional del paleocontinente Gondwana (Fernández-Suárez et al ., 2000). Apoyándose en la información geológica de diversa índole extraída de ellas por diferentes autores, Valladares et al . (2002) esbozan un modelo de evolución según el cual, hace en torno a 1000 Ma, tuvo lugar una fase de rifting que afectó al norte de Gondwana y dio lugar a la individualización de varias placas tectónicas menores. La posterior colisión entre dichas placas y el consiguiente cierre de los océanos que las separaban produjo la formación de cadenas orogénicas durante la primera parte de la Orogenia Panafricana o Cadomiense (800-640 Ma). A este proceso le sigue una etapa con tectónica extensional (segunda parte de la Orogenia Panafricana, Murphy y Nance, 1991) que marca el comienzo del desarrollo de las cuencas sedimentarias del Precámbrico y va acompañada de la intrusión de magmas ácidos datados en unos 600 Ma. Esta fase extensional dio lugar al desarrollo de un margen continental inmaduro en el norte de Gondwana, donde se acumularon las sucesiones siliciclásticas del Neoproterozoico del Antiforme del Narcea (Serie del Narcea). Probablemente, las áreas fuente de estos materiales correspondieron inicialmente a las cadenas orogénicas generadas durante la primera parte de la Orogenia Panafricana y a los sedimentos molásicos asociados, aumentando a lo largo del tiempo la contribución de aportes procedentes de la erosión de áreas del basamento de Gondwana. Al final del Proterozoico existió probablemente otra fase de tectónica extensional que afectó al margen continental de Gondwana y que fue responsable del desarrollo de la discordancia existen- te a techo de las sucesiones Neoproterozoicas (discordancia de la base del Cámbrico) y de los plie- gues existentes en ellas. Desde este momento y hasta el Devónico Superior, las zonas Centro-Ibé- rica, Asturoccidental-leonesa y Cantábrica formaron parte del margen continental septentrional de Gondwana bordeado por el océano Iapetus o Proto-Reico. La Zona Cantábrica representaría la parte más proximal y menos subsidente de este margen continental pasivo. Hacia el este (con- siderando las coordenadas geográficas actuales) existía un área de basamento tectónicamente estable que permaneció emergida durante parte del Paleozoico y actuó como área fuente de los sedimentos siliciclásticos que se acumularon en el margen continental durante el Paleozoico infe-

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