MAGNA 3.0-E. 1:50.000. GRADO (028)

88 Las incisiones en “v” se localizan principalmente en las partes altas de las laderas, aunque también pueden aparecer en tramos bajos de cursos fluviales, como los ríos Nalón, Nora, Aranguín, Andallón y Menéndez. La longitud de estas formas puede variar desde centenares de metros hasta varios kilómetros de longitud. El estudio de la morfología de los cauces y de la red de drenaje permite interpretar algunas ca- racterísticas de los procesos que han generado las incisiones en “v”. La morfología de los cauces de estas formas es, según la clasificación de Morisawa (1985), de tipo rectilíneo, mientras que la morfología de la red de drenaje más frecuente es, según la clasificación de HOWARD (1967), de tipo dendrítico. La morfología del cauce indica que se trata de cursos fluviales con alta energía y gran capacidad para el arranque y arrastre de materiales; en este sentido, el perfil transversal en “v” de los valles asociados a estas formas apunta, además, a que la tasa de encajamiento fluvial es semejante a la del retroceso de ladera. Por su parte, la morfología de la red de drenaje indica un origen relacionado con el tránsito de escorrentía superficial difusa a concentrada; en los tramos altos de estas formas el caudal de los cursos fluviales asociados presentaría un régimen discontinuo, mientras que, en los tramos más bajos y relacionados con cursos fluviales con un grado de madurez mayor, el régimen llegaría a ser continuo. Por último, es necesario mencionar que, en algunos casos, las incisiones en “v” presentan trazados meandriformes. La escasa relación que presentan estos meandros encajados con las actuales condiciones de pendiente y carga de sedimento disponible parece indicar que se trata de formas previas; ya sea por procesos de inadaptación de la red fluvial, debido a un rápido levantamiento de la Cordillera Cantábrica durante la deformación alpina, o bien por procesos de sobreimposición debidos al control que la cobertera meso-terciaria ya erosionada ha ejercido sobre la geometría de la actual red fluvial. Los depósitos aluvio-coluviales se localizan en fondos de valle o depresiones cerradas. Se trata de una formación superficial con clastos desde angulosos a subangulosos y matriz abun- dante de carácter limo-arcilloso; también es frecuente observar niveles intercalados de limos y arcillas sin apenas clastos. La litología de los materiales puede ser silícea con matriz funda- mentalmente arenosa, calcárea con matriz predominantemente limo-arcillosa o mixta. Los suelos originados sobre estos depósitos son, en general, poco evolucionados y corresponden a suelos grises y pardos, en los que aparece un horizonte orgánico bien desarrollado. El hecho de que esta formación aparezca en relación con los tramos de la red fluvial con menor grado de madurez indica que estos depósitos son el resultado de la interacción de procesos fluviales y de gravedad generados en las vertientes adyacentes a los fondos de valle en los que aparecen. En este sentido, la alternancia de niveles con clastos y niveles de limos y arcillas sin apenas clastos, también explica una alternancia entre procesos gravitacionales y periodos de inundación. A los estos depósitos se les ha asignado una edad holocena. Sin embargo, la localización a nivel regional de depósitos aluvio-coluviales a la salida de cuencas fluvio-torrenciales o con depósitos torrenciales adyacentes o subyacentes, parece indicar que también estuvieron re- lacionados en origen con el funcionamiento de los sistemas fluvio-torrenciales pleistocenos.

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