MAGNA 3.0-E. 1:50.000. GRADO (028)

78 falla el desplazamiento del cabalgamiento es inicialmente compensado con el acortamiento que supone el desarrollo del par anticlinal-sinclinal en la terminación de este. La evolución posterior del cabalgamiento determina la geometría final de estos pliegues. En el caso de esta Hoja, gran parte de los pliegues longitudinales (par anticlinal-sinclinal) asociados a los cabalgamientos deben in- cluirse dentro de este tipo ya que: 1) generalmente el anticlinal se sitúa en la lámina alóctona sobre el cabalgamiento; 2) el sinclinal se sitúa en el autóctono relativo, quedando parcial o totalmente cobijado por el cabalgamiento; 3) el desplazamiento del cabalgamiento disminuye bruscamente al llegar al par anticlinal-sinclinal (Alonso et al ., 1991). En muchos casos, la propagación del cabalga- miento prosiguió durante o después de la formación del par anticlinal-sinclinal, tal y como indica el hecho de que los cabalgamientos corten el flanco inverso de los sinclinales. Por otro lado, las variaciones sistemáticas en la inmersión de los ejes de los pliegues longitudinales son fácilmente explicables si se admite la existencia de algunas rampas laterales. Por ejemplo, al sur de la línea Salas-Pedrorio los ejes de los pliegues se inclinan unos 50° hacia el norte, en paralelo a las estructuras longitudinales, lo cual puede interpretarse como una culminación ( culmination wall ) lateral en relación con el apilamiento antiformal que aflora más al sur y que da lugar a la Ventana del Narcea. Dicha línea constituiría por tanto el límite septentrional del apilamiento anti- formal del Narcea. Otro ejemplo se sitúa en la banda Peñaflor-Cabruñana, donde los ejes de los pliegues se inclinan hacia el sur, probablemente en relación con una rampa lateral cabalgante en el Cabalgamiento de Peñaflor. La desaparición lateral de las formaciones predevónicas de la sierra del Pedroso, al sur de Peñaflor, es acorde con esta hipótesis, e indicaría un cambio del nivel de despegue desde la Fm La Herrería al Gp. Rañeces, de modo equiparable a lo descrito por Bastida y Castro (1988) en la Escama de Tameza. Los afloramientos del Terciario de Grado se sitúan aproxi- madamente al sur de la supuesta estructura lateral. Otro de los cambios laterales más importantes se produce en los cabalgamientos de Alava y de La Cabruñana un poco más al norte del Valle del Nalón. Al llegar a dicho valle, el Cabalgamiento de La Cabruñana asciende rápidamente de nivel estratigráfico hacia el norte, mientras el eje del Anticlinal de La Cabruñana, que en el sector de sie- rra Sollera es subhorizontal, cabecea con un ángulo de entre 20º y 50°, lo que puede achacarse a la presencia de una rampa lateral cabalgante. Coincidiendo con estos cambios, el Cabalgamiento de Alava queda truncado por la Falla de Casafría, al norte de la cual aparecen diversos cabalga- mientos que no parecen correlacionables con el anterior, lo cual conduce a la interpretación de esta falla como una tear fault (Alonso et al ., 1991). 3.3. ESTRUCTURAS EXTENSIONALES LIGADAS A LA APERTURA DEL GOLFO DE VIZCAYA Desde el Pérmico inferior y a lo largo del Mesozoico tuvo lugar en el Atlántico norte un proceso de extensión y adelgazamiento de la litosfera. Este proceso inicialmente generó cuencas intracrató- nicas de tipo rift (Ziegler, 1989; Cartwright, 1989; Simpson et al ., 1989) que, posteriormente, en el norte del Macizo Ibérico, dieron paso al desarrollo del margen continental Atlántico a través de sucesivos episodios extensionales de edad Triásico, Jurásico y Cretácico (Espina et al ., 2004). Las es- tructuras extensionales generadas actuaron como límites estructurales de las cuencas mesozoicas, y actualmente limitan muchos de los afloramientos de rocas de esta edad (Fig. 30). En el cuadrante nororiental de la Hoja de Grado son observables numerosas fallas extensionales de dirección NO-SE que convergen hacia el S en la Falla de Llanera, con la que probablemente guar-

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